El lino común es una planta de la que se extrae la linaza o semillas de lino. Estas semillas pequeñas y redondeadas son de color dorado o marrón y de sabor suave, similar a la nuez. Destacan por su contenido en fibra y ácidos grasos insaturados tipo omega 3, responsables entre otros de otorgar los beneficios del consumo de lino.
Sus principales componentes son:
- Ácidos grasos poliinsaturados tipo omega 3 y omega 6.
- Mucílagos y pectinas: fibras de tipo soluble.
- Sales minerales como magnesio, calcio, potasio, fósforo…
- Vitamina B1, C y E.
- Fitoesteroles y fitoestrógenos (lignanos).
- Proteínas.
Qué nos aporta
- Mejora el estreñimiento: su alto contenido en mucílagos, un tipo de fibra soluble, es efectivo tanto para prevenir como para mejorar el estreñimiento. Los mucílagos son capaces de absorber el agua, formando una gelatina a su alrededor, que proporciona un mayor volumen y plasticidad a las heces y favorece la estimulación de los movimientos intestinales y facilitando así su evacuación.
- Antinflamatoria: gracias a su aporte de ácidos grasos omega 3 ayudan a reducir la inflamación en el organismo, por lo que está muy indicado en la prevención de enfermedades que cursan estados de inflamación de alto grado, como pueden ser artritis, artrosis, lupus, colitis ulcerosa, esclerosis múltiple…
- Prevención de enfermedades cardiovasculares: su contenido en ácidos grasos omega 3, concretamente el alfa-linolénico, así como las fibras solubles (mucílagos y pectinas), le otorgan un papel beneficioso y protector en las enfermedades cardiovasculares. Estas mismas fibras solubles ayudan a mejorar los niveles de colesterol elevado y otras dislipemias. La biodisponibilidad de los ácidos grasos saludables se incrementa cuando se consumen molidas o machacadas. Además, su contenido en vitamina E evita la formación de coágulos.
- Antioxidantes: su contenido en vitamina C y E le otorga características antioxidantes. La vitamina C tiene un importante papel al ayudar a combatir los dañinos radicales libres que se producen por diferentes motivos en el organismo. Esta vitamina, además, ayuda a regenerar la vitamina E, la cual también protege las células de los radicales libres y estimula el sistema inmunitario. Ambas son sensibles al calor, sobre todo la vitamina C, por ello es importante conservar en un lugar seco y oscuro las semillas de lino.
- Mejora el sistema digestivo: las fibras solubles que contienen las semillas de lino ayudan a equilibrar la microbiota digestiva. Una dieta carente de fibra, que se encuentra en frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, frutos secos, semillas… puede desequilibrar microbiota, y si ésta no está en equilibrio se dificulta la absorción de determinados nutrientes o empeora el sistema inmunológico.
Cómo podemos aprovecharlo mejor
Para poder aprovechar las propiedades que ofrecen las semillas de lino, éstas deben molerse o “machacarse” con la ayuda de un mortero, ya que los nutrientes se encuentran dentro de la semilla. Si se ingieren enteras, estaremos aprovechando su efecto laxante, pero el sistema digestivo no es capaz de digerir los nutrientes de su interior.
- Las semillas crudas molidas pueden mezclarse con yogur, leche, postres de fruta, batidos, ensaladas de pasta, cremas y sopas de verduras, legumbres, utilizarse en sustitución del pan rallado, como ingredientes en dulces caseros…
- Otra opción para consumir las semillas de lino es macerarlas en agua, y de igual modo deberán estar molidas o machacadas. Se puede añadir una cucharada de postre de semillas de lino en una taza de agua y dejar macerar durante toda la noche (entre ocho y doce horas aproximadamente) y posteriormente añadirse, por ejemplo, a las gachas del desayuno.
- También podemos encontrarlo en forma de harina y utilizarlo para cocinar.
- Se puede tomar también como infusión. También se puede encontrar en herbolarios normalmente mezcladas con otro tipo de plantas con propiedades digestivas o laxantes.