¿Qué es el bullying?
La palabra bullying es un término que proviene de la palabra inglesa “bull” que significa “toro”, un animal fuerte que puede arremeter contra los más pequeños y débiles. El bullying, o acoso escolar, es cualquier comportamiento que implique maltrato de tipo verbal, psicológico, físico o de índole social de un menor hacia otro en el ámbito escolar. Aunque también tiene lugar en diferentes contextos fuera del colegio o instituto, como la calle, un parque, actividades extraescolares, celebraciones, etc.
¿Qué es el ciberbullying?
El ciberacoso no es más que una extensión del bullying tradicional, que se ejerce a través de medios electrónicos tales como mensajes instantáneos, llamadas telefónicas, correos electrónicos, fotos, redes sociales, imágenes embarazosas o rumores en páginas web personales con la intención de hacer daño a otra persona por medio de repetidas conductas hostiles. Las principales formas de agresión son: la exclusión intencionada de la víctima de todos los grupos y redes sociales, hacer uso de mensajes ofensivos y malintencionados, la denigración mediante difusión de falsos rumores con la finalidad de dañar a la víctima, suplantación de personalidad haciéndose pasar por ella para ponerla en el punto de mira, desvelar y difundir secretos o imágenes en las redes de la ciber víctima, etc.
¿Cuál es la diferencia entre ambos?
- Anonimato: en el ciberbullying la víctima nunca llega a detectar quien es el responsable de los ataques dañinos, ya que muchos de los acosadores utilizan nombres, direcciones y cuentas de redes sociales falsas ocultando así su propia identidad.
- Asimetría de poder: al no existir un contacto directo entre el ciber agresor y la ciber víctima, en el ciberbullying no existe una relación de poder. En el bullying tradicional, el agresor ejerce una conducta de dominio, sumisión y poder abusivo hacia la víctima.
- Permanencia y repetición de los ataques: una publicación mandada por un ciber agresor puede llegar a ser vista y comentada por la mayoría de sus iguales. En el bullying tradicional, lo ataques son vistos por el entorno próximo de la víctima y al agresor.
- Sentimiento de culpabilidad: a diferencia del bullying tradicional, el ciberbullyng no presenta ningún tipo de contacto físico. Por ello, el acosador al no tener presente a la víctima, no se siente culpable del daño que está ejerciendo sobre ella.
En resumen, en el ciberacoso la posibilidad de escapar del ataque es nula, ya que el agresor cibernético puede “atacar” en cualquier momento, lo que se presenta con el característico “24/7” (posibilidad de atacar a la víctima en cualquier momento, 24 horas, 7 días de la semana), manteniéndose siempre oculto gracias al anonimato y teniendo la posibilidad de tener una mayor audiencia.