La hipertensión arterial y el deporte

La hipertensión arterial (cifras por encima de 140/90 mm Hg) es una patología bastante habitual (entre el 30-40% de la población adulta), pero no por ello deja de ser una patología que requiere de un seguimiento y de cuidados y controles.

Su origen puede encontrarse en patologías renales, cardiacas o endocrinas siendo entonces una hipertensión secundaria. Será una hipertensión primaria, o también conocida como esencial, cuando no hay un origen claro. Esta es la más frecuente con un 90-95% de los casos diagnosticados.

El ejercicio como parte del tratamiento

Desde hace años, el tratamiento es multifactorial, lo que incluye el tratamiento farmacológico y otros relacionados con el estilo de vida. Conocer los hábitos del paciente, tanto a nivel de alimentación, consumo de tóxicos (tabaco y alcohol) como de ejercicio, es esencial para incidir directamente en estos factores. La recomendación por parte del personal sanitario de realizar  ejercicio, como herramienta, tanto de prevención como terapéutica, es algo habitual hoy en día. Practicar ejercicio reduce las cifras de tensión arterial, entre otras razones fisiológicas, por un efecto de vasodilatación. De hecho, existe una relación inversa: a mayor práctica de actividad física, menores son las cifras de tensión arterial.

Qué tipo de ejercicio es el mejor

Respecto al tipo de ejercicio más recomendado para obtener los beneficios a nivel de la tensión arterial y de forma secundaria también en otros parámetros metabólicos y cardiovasculares, es el de tipo aeróbico. En este tipo de ejercicio interviene de manera especial el sistema cardiorrespiratorio y los grandes grupos musculares, es poco específico y suele ser poco analítico. Practicarlo entre tres y cinco días a la semana un mínimo de 30 a 60 minutos suele ser la recomendación más habitual y, como ejemplos, podríamos encontrar bailar, nadar, caminar o correr. La intensidad a la que se debe realizar el ejercicio será moderada, que es aquella que se sitúa entre el 50-70% del consumo máximo de oxígeno.

Además del ejercicio de tipo aeróbico se han estudiado los efectos que puede tener otro tipo de ejercicio sobre la tensión arterial, en este caso el ejercicio de fuerza. Este ha sido menos estudiado y con resultados variables por lo que en este caso se aconseja que si se hace siempre sea como complemento y nunca como actividad única. A nivel científico se han publicado recomendaciones concretas, entre las que se encuentran realizar el trabajo por grandes grupos musculares y no pasar del 50-70% de 1RM (siendo este valor el máximo peso que se puede levantar en una sola repetición).