El Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) investigan la influencia de determinadas variables meteorológicas, así como de la contaminación ambiental en la incidencia y propagación de la enfermedad COVID-19 provocada por el virus SARS-COV-2. El objetivo es desarrollar un sistema de vigilancia epidemiológica a nivel estatal basado en la alerta temprana y en la monitorización de factores ambientales.
Investigaciones recientes en relación a la propagación de la COVID-19 indican que la humedad del aire también puede incidir en la propagación y transmisión de la enfermedad, pues las altas temperaturas y la alta humedad reducen significativamente la transmisión y propagación del virus. Esto significa que la llegada de la temporada primaveral en el hemisferio norte podría reducir efectivamente la transmisión de COVID-19.
Por otro lado, se analiza cómo otro tipo de factores ambientales, como la contaminación atmosférica y, en especial, las concentraciones de material particulado, pueden agravar la enfermedad.
De esta forma, podrán mejorar la identificación de zonas de riesgo en tiempo real a nivel provincial y diseñar estrategias de diagnóstico y prevención para la gestión de medidas de actuación adecuadas desde el ámbito de la salud pública.
Fuente: JANO