Una de las claves para conseguir resultados en el deporte es la constancia y ésta está íntimamente relacionada con la motivación. ¡Aprende a entrenar como si la motivación fuera un músculo más!
La motivación: tu principal aliada
Entendemos por motivación la combinación de procesos intelectuales, fisiológicos y psicológicos que decide, en una situación dada, con qué vigor se actúa y en qué dirección se encauza esa energía.
Existen dos tipos fundamentales de motivación:
Intrínseca: La recompensa es la propia actividad: hacer deporte “porque me gusta” o “porque me divierte”. Suele ser el tipo de motivación que mantiene la práctica deportiva.
Extrínseca: La recompensa proviene de factores externos: “por salud”, “para socializar”, “para perder peso”, etc. Suele ser el tipo de motivación que se da al iniciar la práctica deportiva, pero que posteriormente puede convertirse en intrínseca.
Dales la vuelta a las excusas
No siempre es posible mantener un nivel elevado de motivación. Todos los deportistas sin excepción atraviesan momentos en los que las excusas suelen estar más presentes. Siempre que encabeces la frase con “es que…” seguramente estás creando una excusa. Aprende a detectar tu “esqueísmo” para poder combatirlo y mantener la constancia deportiva. Algunas de las principales excusas son:
- Falta de tiempo. Todas las personas podemos sacar un tiempo, aunque sea breve, para entrenar, aunque sea delante de la tele por la noche o despertándote un poco antes por la mañana.
- Climatología. Busca alternativas y adapta el tipo de entrenamiento a la lluvia, nieve o calor extremo.
- Características de personalidad: “no soy una persona deportista”. Todos podemos ser deportistas, el hábito hace al monje.
- Desconocimiento: no sé qué rutinas tengo que hacer. Busca información, asesórate profesionalmente.
- Cansancio. Tras una eterna jornada laboral el sofá puede llamarte a gritos, pero recuerda que el deporte realmente te ayuda a ganar energía.
- Estrés. Cuanto más estresado estés, más te puede ayudar el deporte a cambiar el chip. No sólo te reduce los niveles de saturación, sino que te ayudará también a descansar mejor.